¡María, tu eres mujer de esperanza!
¡Eres nuestra esperanza, María, porque guías, alegras,
consuelas, intercedes y amas a todos tus hijos con un inmenso amor de Madre!
¡Te sentimos tan cerca cada día que a tu lado no perdemos
nunca la esperanza!
¡Gracias, María, por extender tus manos para acoger nuestras
peticiones y llevarlas al Padre!
¡De ti, María, todo lo esperamos! ¡En ti, María, ponemos
nuestros anhelos y esperanzas!
¡A tu lado, María, aunque nos abandonen, vengan los
problemas, los caminos se cierren, nos abandonen, nuestro corazón sea
herido… nada tememos porque tu sola presencia, como la de tu Hijo, nos
sostienen y consuelan!
¡Queremos seguir siempre tu ejemplo, María, y tener siempre
una esperanza firme!
¡Tú nos mostraste junto a la Cruz que toda espera es
esperanza, que la fe es esperanza, que no hay nada que no pueda ser vencido con
el amor del Padre Dios!
¡Te pedimos, María, que intercedas ante Jesús, tu Hijo
amado, que tenga siempre misericordia de nosotros, y nos sostenga y acompañe en
todos los momentos de nuestra vida!
¡Intercede por nosotros, María, para que nuestra vida se
llene de esperanza!
Amén.
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