Curiosamente aunque todo el mundo la conoce como Teresa de Calcuta, ni se llamaba Teresa ni nació en Calcuta. Sus padres la bautizaron el 27 de agosto de 1910 en Spokje, un día después de nacer, con el nombre de Agnes que significa «pequeña flor» en albanés.
Su pasión por la vida de los misioneros la llevó a formar parte de niña del Sodalicio de Nuestra Señora, donde se interesaba por las historias de los misioneros jesuitas de Yugoslavia que estaban en Bengala.
La madre Teresa fue misionera en Calcula, uno de los lugares más pobres del mundo, ayudó y vivió entre leprosos y se dedicó a ellos de lleno. Todas las posesiones que quiso conservar se reducen a su túnica, que se convirtió en el hábito de su orden y que aún hoy en día llevan las hermanas que siguieron sus pasos.
Todo un ejemplo de dedicación y amor a los demás.
Dios omnipotente, que estás presente en todo el universo
y en la más pequeña de tus criaturas.
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
derrama en nosotros la fuerza de tu amor
para que vivamos como hermanos y hermanas sin dañar a nadie.
Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar
a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos.
Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz.
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