Ponte cómodo y cierra los ojos. Imagina que tu cuerpo se convierte en un automóvil que transporta a la gente de un lugar a otro. Imagina que tu cuerpo es un avión que lleva a la gente de un país a otro. Imagina que tu cuerpo es una nave espacial que va a la luna. Ahora imagina que te conviertes en una casa preciosa con muchas televisiones, vídeos y piscinas. Muchos visitantes acuden a ella a disfrutar de su lujo y confort. Imagina a todos ellos nadando en la piscina, viendo televisión y tomando comida deliciosa. Imagina que eres un supermercado repleto de buena comida, al que todo el mundo puede ir y elegir lo que quiera sin tener que pagar. Cuando la gente come, se sienten satisfechos y felices. Imagina que eres una medicina que cura a la gente. Todos los seres enfermos de este mundo se curan y son felices cuando toman la medicina. Piensa en tu juguete favorito. Imagina que eres ese juguete y que muchísimos niños juegan contigo. Siente ahora el amor y alegría que nace dentro de ti cuando ayudas y das alegría a toda esa gente que has visualizado en tu meditación. Te sientes relajado y feliz, y preparado para abrir los ojos sabiendo que puedes ayudar a otros a ser felices de innumerables maneras. Rezamos con esta oración:
Jesús, tú me enseñas que
para seguir tus pasos hay que servir a los demás.
Ayúdame a ser servicial,
a preocuparme por los demás,
a vivir pensando en ellos.
Enséñame a ayudar, a ser generoso y abierto,
a estar siempre dispuesto para dar una mano.
Quiero dar muchos frutos de buenas acciones.
Quiero ser solidario y amar a los demás
con gestos, hechos y actitudes, no sólo con palabras.
Ayuda a que mi semilla
pueda dar muchos frutos de cosas buenas.
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